Un relajante y liberador descanso

Al fin un momento de descanso para los jóvenes de aquel competitivo instituto después de una rigurosa semana de estudios. Trevor aun no intimaba mucho con ninguno de sus compañeros y realmente temía un poco a hacerlo y desencadenar sus incipientes sentimientos hacia alguno de ellos.
Después de meditarlo un poco, tendido en su habitación, opto por salir de su cama e intentar relajarse un poco, para ello la mejor opción resulta ir al sauna y dejarse llevar por el calor y la agradable humedad de la habitación.
Al llegar al sauna se deshizo de sus prendas quedando únicamente cubierto por una toalla amarrada a la cadera, verificando que no hubiera nadie más ahí, se sentó y recargo su nuca sobre la madera serrando los ojos
Liberarse de sus pensamientos, aunque sea de vez en cuando, era bastante bueno

Por supuesto, el profesor de percato de sus maniobras y no solo eso también dedujo con gran precisión su razón de ser
-claro…-
Dijo, intranquilo y tratando de no mirar el desnudo y musculoso torso de su profesor. Al final, no pudo someter sus instintos y término por mirarlo.
-y… ¿lleva mucho como maestro?-
Cuestionó, en un inútil intento por alejar su propia atención de la brillantes aquel vigoroso pecho y de los incitantes movimientos que hacia al respirar, una tarea en verdad complicada.

Sin ningún motivo aparente, el profesor empezó a estirarse y a acomodarse sobre su asiento, haciendo mucho más notoria e irresistible su musculatura.
Lamentablemente, también se percató de las no tan discretas mirabas que lanzaba
-he….-
Trevor se quedó paralizado ante sus palabras, el ritmo de sus latidos se apuró
-yo….-
Su quijada había comenzado a tiritar un poco a causa de sus ansias
-no, no….no tiene nada-
Con mucha dificultad paso algo de saliva y desvió su mirada lo más lejos que sus ojos le permitieron
“contrólate Trevor por favor ¡contrólate!”